El encuentro erótico comienza con la visión del cuerpo deseado. Vestido o desnudo, el cuerpo es una presencia: una forma que, por un instante, es todas las formas del mundo. Apenas abrazamos esa forma, dejamos de percibirla como presencia y la asimos como una materia concreta, palpable, que cabe en nuestros brazos y que, no obstante, es ilimitada. Al abrazar a la presencia, dejamos de verla y ella misma deja de ser presencia. Dispersión del cuerpo deseado: vemos sólo unos ojos que nos miran, una garganta iluminada por la luz de una lámpara y pronto vuelta a la noche, el brillo de un muslo, la sombra que desciende del ombligo al sexo. Cada uno de estos fragmentos ve por sí solo pero alude a la totalidad del cuerpo. Ese cuerpo que, de pronto, se ha vuelto infinito.
7 se abrieron.
Preciosa fotografía...
Un cuento que nunca ha de acabar, escrito en cada trozo de cuerpo; un cuento que cada día es un cuento nuevo...(como en aquel cuento)
Saludos jardinero.
Que la primavera abra todas tus flores...
Tu jardín está más florido que nunca.
Me encantan tus elecciones.
Un beso.
X
EUCARISTÍA
Una muchacha que se desnuda
sin testigos
para que solo la miren
el espejo o el sol
en realidad no está desnuda
solo lo estará cuando otros ojos simplemente la miren
la miren y consagren
su desnudez
MARIO BENEDETTI - INVENTARIO II Pg. 113 EDITORIAL SUDAMERICANA
bonita fotografia
linda foto muy buena y lo bueno q es un cuerpo natural y no con operaciones... muy buena
photo very good
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