03 diciembre 2010

Fragmento de "Tokio Blues" (Haruki Murakami).


Aquella noche me acosté con Naoko. No sé si fue lo correcto. Ni siquiera hoy, veinte años después, podría decirlo. Tal vez jamás lo sepa. Pero entonces era lo único que podía hacer. Ella estaba en un terrible estado de nerviosismo y confusión; deseaba que yo la tranquilizase. Apagué la luz de la habitación, la desnudé despacio, con ternura; luego me quité la ropa. La abracé.

Aquella noche de lluvia tibia no sentimos el frío. En la oscuridad, exploramos nuestros cuerpos sin palabras. La besé, envolví con suavidad sus senos con mis manos.

Naoko asió mi pene erecto. Su vagina, húmeda y cálida, me esperaba. Sin embargo, cuando la penetré sintió mucho dolor. Le pregunté si era la primera vez, y ella asintió. Me quedé desconcertado. Creía que ella y Kizuki se acostaban. Introduje el pene hasta lo más hondo, lo dejé inmóvil y la abracé durante mucho tiempo. Cuando vi que se tranquilizaba, empecé a moverlo despacio y, mucho después, eyaculé.

Al rato, Naoko me abrazó muy fuerte y gritó. Era el orgasmo más triste que había oído nunca.

4 se abrieron.

Darío dijo...

Una preciosura. Que descripción orgasmática!
Juro que me voy a comprarlo.

Ruth Hernández Boscán dijo...

nada japonés!

lo amo

corro con él

dos besos

Madame X dijo...

De Murakami me he leído After Dark, novela que me dejó una sensación extraña. Todo el relato me resultó extraño. Puede que Tokio Blues me resulte más cercana y más sensual a decir por el fragmento que has escogido. Ya te lo contaré.

Un beso.

EG dijo...

Debo volver a leer novelas, sin dudas! gracias por este extracto, hermoso!!!