08 octubre 2010

Fragmento de "Travesuras de la niña mala" (Mario Vargas Llosa).


E
l escritor peruano Mario Vargas Llosa ha sido galardonado el día 7 de octubre con el Nobel de literatura 2.010. Reproduzco aquí una entrada traída al Jardín el 7 de febrero de 2.007.


La desnudé con todas las precauciones del mundo, estudiando, como objetos preciosos y únicos las prendas que llevaba encima, besando con unción cada centímetro de piel que aparecía a mi vista, aspirando el aura suave, ligeramente perfumada, que brotaba de su cuerpo. Ahora tenía una pequeña cicatriz casi invisible cerca de la ingle, pues la habían operado del apéndice, y llevaba el pubis más escarmenado que antaño. Sentía deseo, emoción, ternura, mientras besaba sus empeines, sus axilas fragantes, los insinuados huesecillos de la columna en su espalda y sus nalgas paraditas, delicadas al tacto como el terciopelo. Le besé los menudos pechos, largamente, loco de dicha.

-No te habrás olvidado de lo que me gusta, niño bueno me susurró al oído, por fin.

Y, sin esperar mi respuesta, se puso de espaldas, abriendo las piernas para hacer sitio a mi cabeza, a la vez que se cubría los ojos con el brazo derecho. Sentí que comenzaba a apartarse más y mejor de mí, del Russell Hotel, de Londres, a concentrarse totalmente, con esa intensidad que yo no había visto nunca en ninguna mujer, en ese placer suyo, solitario, personal, egoísta, que mis labios habían aprendido a darle. Lamiendo, sorbiendo, besando, mordisqueando su sexo pequeñito, la sentí humedecerse y vibrar.

Se demoró mucho en terminar. Pero qué delicioso y exultante era sentirla ronroneando, meciéndose, sumida en el vértigo del deseo, hasta que, por fin, un largo gemido estremeció su cuerpecito de pies a cabeza.