18 marzo 2010

Fragmento de "Trilogía Steampunk" (Paul di Filippo).



Walt trasladó las manos a la cintura de Emily.
—Permítame compartir mi alegría y mi fuerza renovadas, Emily.
Y entonces le besó.
George Gould le había besado una vez. Pero eso había sido hacía años. Y había sido un joven de cara suave, ¡no un hombre viril y con barba!
Walt se separó y susurró:
— ¡Tú, tacto villano! ¿Qué estás haciendo? ¡Mi aliento está preso en su garganta! ¡Abre tus compuertas! Eres demasiado para mí. Mis sentidos han desertado de sus puestos…
—Los míos también… —dijo Emily.
Y se tumbó sobre el césped arrastrando a Walt con ella.
Las manos de Walt estaban muy atareadas bajo la ropa de Emily.
—Impulso, impulso e impulso, siempre el impulso procreador del mundo. De la penumbra, avanzan iguales opuestos. Siempre sustancia y aumento, siempre sexo. Siempre un entramado de identidad, siempre un brote de vida. Cultos e incultos sienten que así es. Es inútil explicarlo…
— ¡Pues no lo hagas! —susurró Emily.
Walt estaba ya encima de ella, con las manos enterradas en el cuello de su blusa y su peso, como el tronco de un árbol, separándole las piernas. Podía oler el fragante herbaje de su pecho.
Emily le agarraba fuerte, con la boca contra su oreja.
— ¡Mi río corre a ti, mar azul! ¿Me recibirás? Mi río espera respuesta, oh mar —ten compasión. Te llevaré arroyos de perdidos recodos. Dime, mar —tómame
Walt dijo:
—Ma femme —después presionó con fuerza lenta y ruda contra ella.
Emily derramó una lágrima, y se mordió el labio.
En el cielo, una nube sangró alizarina.
Walt se movía despacio.
—Bajamar aguijoneada por el flujo, y flujo aguijoneado por la bajamar. Carne de amor hinchándose y ardiendo deliciosamente en deseos. Límpidos chorros de amor ilimitados, calientes y enormes. Trémula jalea de amor, zumo espumoso y delirante. Noche nupcial de amor abriéndose camino con certeza y suavidad hacia el amanecer postrado, ondulándose hacia el día que cede complaciente. ¡Estoy perdido en el abismo del día que con su dulce carne me estrecha!
— ¡Sí, Walt, yo soy el día, y tú eres mi noche!
— ¡Y aquí llega el alba!
Walt lanzó un alarido bárbaro, y se dejó caer sobre ella, eclipsando el cielo.

Alguien se ha abierto.

Venus dijo...

Woooooooowwwwwwwwww excitante este fragmento... Buscaré el libro me dejaste con ganas de más.

Besos erotizados

Venus