13 enero 2009

Fragmento de "La amante de Bolzano" (Sandor Marai).


Esa abundancia desmedida, ese fluir salvaje, ese todo o nada del que hablaba el viejo loco con experimentado desprecio habrán sido quizá lo mejor... Tal vez todo lo demás -la cautela, la sabiduría, la cordura, la inteligencia- no valga ni un comino porque no está enardecido por la loca pasión de la juventud, ese extraño deseo que pretende salvar el mundo y al mismo tiempo consumirse a sí mismo, que quiere agarrar con las dos manos todo lo que el mundo le ofrece y que a la vez arroja a puñados todo lo que la vida le regala... Así que es mejor que empieces a hablar de manera más sosegada. El de hoy es un carnaval diferente, un contrato diferente, una cita amorosa diferente. Es el final de la juventud. Ahora empieza la edad madura del hombre, uno de sus momentos más sabios, como si fueran las cuatro de la tarde de un día de mediados de octubre.

Alguien se ha abierto.

Anónimo dijo...

Me encanta Sandor Marai, tan profundo y tan pausado en su escritura; pero este libro no lo he leído, así que me lo voy a apuntar.

La edad madura puede ser mejor que la juventud inmadura.

Un beso