Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.
2 se abrieron.
Un poema realmente bello
un susurro dulce
Me encanto todo todo todo. El final me parece tremendo. Te invito a mi blog. Bienvenido seras. Un saludo.
Diana K.
http://diana-krauter.blogspot.com
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