Te doy mi alma desnuda,
como estatua a la cual ningún cendal escuda.
Desnuda con el puro impudor
de un fruto, de una estrella o una flor,
de todas esas cosas que tienen la infinita
serenidad de Eva antes de ser maldita.
De todas esas cosas,
frutos, astros y rosas.
como estatua a la cual ningún cendal escuda.
Desnuda con el puro impudor
de un fruto, de una estrella o una flor,
de todas esas cosas que tienen la infinita
serenidad de Eva antes de ser maldita.
De todas esas cosas,
frutos, astros y rosas.
Que no sienten vergüenza del sexo sin celajes
y a quienes nadie osara fabricarles ropajes.
¡Sin velos, como el cuerpo de una diosa serena.
¡Que tuviera una intensa blancura de azucena!
¡Desnuda, y toda abierta de par en par
por el ansia de amar!
4 se abrieron.
La entrega en el momento sublime, en que los cuerpos expresan lo que sienten, unidos a los sentimientos que afloran en ese momento. Sin velos, sin censuras, sin ropajes, sin nada que impida ver, sentir, y disfrutar claramente.
Un beso con total entrega de cariños.
Cuando el alma se da desnuda, se da todo, sin vergüenzas, sin debilidades, sin velos... es la simple y plena desnudez. El amor en ese instante florece en toda su hermosura.
Bello poema jardinero.
Un abrazo para ti.
"Abierta de par en par por el ansia de amar"...un ansia que te avade todo y te hace entregarte plenamente...muy lindo. Un beso
Te doy lo que no fui, lo que he sido, lo que soy, lo que seré…
Me entrego como ofrenda en cada acento, caricia, silencio, gemido…
Te doy, me doy…
--
Gran poetiza y hermoso poema.
Gracias por rescatar la poesía y engrandecerla.
Un abrazo
Pilar
Publicar un comentario