Rosario Sánchez Mora, Rosario la Dinamitera, ha fallecido ayer en Madrid a la edad de 88 años.
Con 17 años se incorporó a las Milicias Obreras del Quinto Regimiento que partieron el 19 de julio de 1.936 hacia Somosierra para detener a las tropas del general Mola en su avance hacia Madrid. Única mujer de la sección de Dinamiteros, perdió la mano derecha en unas maniobras mientras ayudaba a fabricar bombas y explosivos. Rosario Sánchez fue encarcelada durante el franquismo y condenada a muerte, aunque la pena le fue conmutada por treinta años de cárcel, de los que sólo cumplió tres.
El poema que acompañamos fue escrito por Miguel Hernández alrededor de 1.937 y esta basado en la experiencia de Rosario Sánchez en el frente:
Rosario, dinamitera,
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera.
Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación,
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.
Era tu mano derecha,
capaz de fundir leones,
la flor de las municiones
y el anhelo de la mecha.
Rosario, buena cosecha,
alta como un campanario
sembrabas al adversario
de dinamita furiosa
y era tu mano una rosa
enfurecida, Rosario.
Buitrago ha sido testigo
de la condición de rayo
de las hazañas que callo
y de la mano que digo.
¡Bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella,
que hoy no es mano porque de ella,
que ni un solo dedo agita,
se prendó la dinamita
y la convirtió en estrella!
Rosario, dinamitera,
puedes ser varón y eres
la nata de las mujeres,
la espuma de la trinchera.
Digna como una bandera
de triunfos y resplandores,
dinamiteros pastores,
vedla agitando su aliento
y dad las bombas al viento
del alma de los traidores.
2 se abrieron.
Genial. Me parece genial que hagas este inciso en tu sensual jardín, para dedicárselo a esta mujer, que como tantas, tuvieron que dejar a un lado su sensualidad para luchar por sus ideales y por una libertad que nunca les agradecemos lo suficiente.
Estoy leyendo "Martina, la rosa número trece", de Ángeles López, y cada vez admiro más a aquellas mujeres. "El ejército nacional la fusiló ante las tapias de un cementerio junto con doce chicas más. Doce más una: las trece rosas. Murieron sin pedir permiso, y su muerte se quedó enquisitada en los costados de sus hermanos,de sus futuros sobrinos, de los hijos de todos ellos."
Un abrazo y gracias por traer este poema al jardín.
Hermoso homenaje a una mujer valiente, como hubo tantas y tan silenciadas.
Un abrazo.
X
Publicar un comentario