05 diciembre 2007

“Realidad” (Emilio Miró).


La verdad de este cuerpo
mi más honda verdad.

Invadirlo,
apresarlo,
hasta sentir su carne
prolongada en la mía,
integrada en mi sangre,
y sentir por la suya
esa lava ya fría del ardor del placer.

Hasta su sexo llego
como aquellos amantes
que ante un cuerpo desnudos
oficiaban con fervor y belleza
sabiéndose partícipes de Pan y de Afrodita.
Sobre la tierra inhóspita,
bajo el cielo callado y los dioses ausentes,
avanzo por sus valles, laderas, promontorios,
y en el instante exacto del gemido
asalto, rompo, ocupo
la cueva misteriosa,
el cálido refugio
donde morar silente.

Ya rendidos, y fríos, y exhaustos,
los cuerpos se separan,
sus poderes se anulan:
una tregua se abre sobre los blancos lienzos.

Hasta que una mano furtiva se desliza
por la piel tan surcada,
las piernas se entrelazan,
la carne, enmudecida, recupera sus voces,
y el sexo,
cual un mar saliendo de su calma,
se levanta y avanza:
hacia el cuerpo que amo
y que a mi lado yace.
Hermosa realidad que devoro insaciable.

3 se abrieron.

gatina dijo...

Uyysss! qué escalofrrrio...

(y no es por la temperatura, que aquí hace un día de veranito)

Por cierto, me encanta la foto ;)

Anónimo dijo...

hola, Emilio, desde valdivia chile, una poeta erótico-amorosa, publicada en nuestra piel ancha de fuego.
leyendo una referencia crítica me topé con tu nombre, me gustó tu blog, y tu poesía, me encanta la poesía erótica, admiro a ana rosetti.
fraternalmente, ana rosa.
visita mi blog
http://anarosabustamantevaldivichile.blogspot.com

ojalá me escribas. a anarosabustamantedesdechile@gmail.com

te enviaré un poema.

tienes el correo de ana rosetti?

Anónimo dijo...

Desnudo


Desnudo.
¿Por qué me cuesta tanto decir esta palabra?
Y madrugada me fluye con su rocío breve
Temprano al desayuno.
Huele el pan caliente como un amanecer.

Desnudo.
Desnudo.
Debo repetirlo para desafiar a mi cuerpo
Con su sangre feroz colmada de ti.

Desnudo como las palabras que se pronuncian
En silencio, en pausa, en tregua,
Después del resplandor de la mañana que comienza
El día y se trabaja iluminadamente
Arando la tierra,
Regando el cemento,
Bregando contra el torbellino inhumano.

Desnudo,
Arriba así entre mis muslos
Divide la oscura aurora en dos libélulas,
Aquellas de tu tarde,
Las bebiendo,
Las ebrias.

Desnudo desnúdame
Entrégame su vino,
Entrégate a mi miel,
Escancia el vaso, y bésame
Para acallar mi grito
Insoportable
Bajo tu peso.

Desnudos volaremos
En el aire.

Perdernos.

poema de ana rosa bustamante morales