El deseo
procura archipiélagos vivos,
desmesura radiante, verdor,
sangre amazona.
Y sólo encuentra enjaulada furia.
Muslos abandonados
sin salario de espuma.
procura archipiélagos vivos,
desmesura radiante, verdor,
sangre amazona.
Y sólo encuentra enjaulada furia.
Muslos abandonados
sin salario de espuma.
Alguien se ha abierto.
Clausura?? Nooo!! La lujuria no puede acabarse. Cambia, se renueva, se duerme y se vuelve a despertar... pero no debemos dejar que desaparezca.
Que los muslos no se apaguen, ni los labios, ni las miradas...
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