19 abril 2007

"La mujer estaba desnuda" (José Ángel Valente).


La mujer estaba desnuda.

Llegó un hombre,
descendió a su sexo.
Desde allí la llamaba
a voces cóncavas,
a empozados lamentos.
Pero ella
no podía bajar
y asomada a los bordes sollozaba.

Después, la voz, más tenue
cada día,
ya se iba perdiendo en remotos vellones.

La mujer sollozaba.

Tendió grandes pañuelos
en las lámparas rotas.

Vino la noche.

Y la mujer abrió de par en par
sus inexhaustas puertas.

Alguien se ha abierto.

Anónimo dijo...

A veces es largo el camino hacia la puerta, y a la voz le cuesta recorrerlo.
Pero llega.

Besos escondidos