16 abril 2007

Fragmento de "Una pasión de Eurípides" (Javier Azpeitia).



Acaricié uno de sus pequeños senos otra vez y ella lanzó un gemido y se acurrucó en mi regazo. Sin duda el brebaje funcionaba. Le di otro pequeño trago mientras su boca se afanaba sobre mi pene creciente, lamiéndolo con ansia lábil y ofreciéndome al tiempo la grupa con un vaivén de serpiente. Separé la cabeza en busca de aire y con el dedo hurgué con levedad el clítoris abultado antes de volver a hundirme para no oír sus gritos, que me llevaban por el camino del Hades. El calor sofocante del interior de su cuerpo me inundó la boca y la nariz uniéndose en cada golpe de respiración al otro calor que me devoraba desde dentro, y alzando la temperatura de mi piel y de la estancia y del mundo.

2 se abrieron.

Anónimo dijo...

Un fragmento que...eleva la temperatura de la piel, sin poder evitarlo.

Anónimo dijo...

algo mas que amaneceres...