Apoyándome contra una pared busqué con la mirada alguna calleja en la que poder ocultarme para abrazarla. Sentía la imperiosa necesidad de abrazarla.
A las nueve y media atisbé su cabeza por entre los risueños rostros de un grupo familiar. Bajó de la acera, los adelantó y corrió en dirección mía. Arrastrándola hacia la calleja, la empujé contra la pared. Me dejé caer sobre ella. Con los brazos extendidos y las piernas abiertas para poder abarcar todo su cuerpo. Mi boca y rostro mordían y arañaban sus labios, su piel, sus pestañas. Le lamía la frente. Dejé caer una mano y, sujetándola por el cabello, dije con voz entrecortada:
-Necesito tenerte.
Se subió la falda y comprobé que debajo no llevaba nada; un instante después la había penetrado.
-Lo sé, lo sé, susurró.
Alguien se ha abierto.
Las imagenes me dejaron muy mojada.... Necesito tocarme, ya vengo.
Feliz Fin de Semana
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