No siento tristeza, sino gratitud. Si he vuelto a Ítaca, siento que tengo que dar las gracias a una multitud de personas, incluso aquellas que ya he olvidado, que al amarme o estar simplemente a mi lado, con su fraternal presencia no sólo me han ayudado a vivir sino que son, tal vez, mi misma vida.
16 diciembre 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ábrete.
Publicar un comentario