15 febrero 2008

Fragmento de "Pasos" (Jerzy Kosinski).


Recordando que yo no debía hablar, miré el cabello revuelto de la muchacha, sus muslos nítidamente curvados, la redondeada carne de sus hombros. Sabía que, para ella, yo no era más que un capricho del hombre a quien amaba, una mera prolongación de su cuerpo, de su contacto, de su amor, de su desdén. Sentí que mi deseo crecía mientras estaba de pie junto a ella, pero la conciencia del papel que desempeñaba prevalecía sobre mi deseo de poseerla. Para superar esto, traté de recordar las imágenes de aquella mujer que me había excitado con tanta frecuencia en la oficina: una axila vislumbrada por la abertura de su blusa sin mangas, el movimiento de sus caderas dentro de los límites de su falda.

Me acerqué más a ella: se resistió, pero no se apartó. Comencé a tocarle la boca, el cabello, los senos, el vientre y acaricié sus carnes hasta que gimió y alzó los brazos en un gesto que podía ser rechazo o de invitación. Me dispuse a tomarla con los ojos cerrados para borrar su desnudez, rozándole con la cara la lisa venda.

La penetré bruscamente: no se resistió. Con un movimiento al principio tímido y luego casi apasionado, sus manos me atrajeron, oprimiendo mi cabeza contra su pecho. Su cabellera suelta se esparció alrededor de su cabeza, su cuerpo se puso en tensión, sus labios se entreabrieron en un asombro sin voz. Nuestros cuerpos se estremecieron: me dejé caer a su lado.

2 se abrieron.

CalidaSirena dijo...

Ardiente post, desear a alguién hasta llegar a poseerlo,aplacar el deseo simplemente.

Besos cálidos.

Te dejo la diracción de otro blog, espero que me visites y me cuentes que te parece.
http://mensajesdenaufragosenunabotella.blogspot.com/

Toy folloso dijo...

Su desdén.
Es lo que tienen las sustituciones...
Tampoco conviene ser excesivamente remilgado.

Cada día te curras mejor tu bello blog.