Estoy tumbado al borde de tu claridad,
en la suntuosidad de una batalla
donde ninguno es vencedor,
y hasta el olor del cuarto,
donde rugen, insomnes, tu apetito y mi sed,
florece sin saberlo, como un musgo surgido
de mi humedad tan tuya, de un sendero
que nos conduce hasta ese mar sin olas,
la tierra azul donde se desordena
el centro mismo de nuestro candor, la espuma
en que consiste toda esta explosión, y, al fondo,
la lluvia que golpea las ventanas,
la lluvia siempre otra, insobornable,
con sus lentas espinas.
en la suntuosidad de una batalla
donde ninguno es vencedor,
y hasta el olor del cuarto,
donde rugen, insomnes, tu apetito y mi sed,
florece sin saberlo, como un musgo surgido
de mi humedad tan tuya, de un sendero
que nos conduce hasta ese mar sin olas,
la tierra azul donde se desordena
el centro mismo de nuestro candor, la espuma
en que consiste toda esta explosión, y, al fondo,
la lluvia que golpea las ventanas,
la lluvia siempre otra, insobornable,
con sus lentas espinas.
4 se abrieron.
Es increible que haya personas como tu...
Muchas gracias, me lo dicen mucho.
Ahora, si me lo tengo que tomar como un reproche en vez de como un halago, casi mejor deja de escoderte detrás de un seto del Jardín y solucionamos la discrepancia. Pues eso.
Magnífico, los versos y la fotografía que los ilustra.
Y aquí me ando, muerda de sed y hambrienta.
wow, Talens fue mi profesor en la universidad, quién diría las cosas que el hombre escribe!
Me guatan mucho jardín y jardinero.
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