04 junio 2007

Fagmento de "El perfume" (Patrick Suskind).


Mientras tanto, el pueblo del otro lado de la barricada se entregaba cada vez con más descaro a la inquietante borrachera de sentimientos ocasionada por la aparición de Grenouille. Los que al principio sólo habían experimentado compasión y ternura al verle, estaban ahora invadidos por un deseo sin límites, los que habían empezado admirando y deseando, se encontraban ahora en pleno éxtasis. Todos consideraban al hombre de la levita azul el ser más hermoso, atractivo y perfecto que podían imaginar: a las monjas les parecía el Salvador en persona; a los seguidores de Satanás, el deslumbrante Señor de las Tinieblas; a los cultos, el Ser Supremo; a la doncella, un príncipe de cuento de hadas; a los hombres, una imagen ideal de sí mismos. Y todos se sentían reconocidos y cautivados por él en su lugar más sensible; había acertado su centro erótico. Era como si aquel hombre poseyera diez mil manos invisibles y hubiera posado cada una de ellas en el sexo de las diez mil personas que le rodeaban y se lo estuviera acariciando exactamente del modo que cada uno de ellos, hombre o mujer, deseaba con mayor fuerza en sus fantasías más íntimas.

4 se abrieron.

Anónimo dijo...

Al final todo depende de los ojos del que mira...

Me ha gustado mucho la entrada de hoy (aunque pienses que no son de las "mías")

PD: Regresaron los "..."
PD2: Aqui te imaginas a una ovejita
PD3: Gracias
PD4: espero que ya estes sonriendo (estas mucho más guapo. Chicas, esta mucho más guapo)

gatina dijo...

Pues la entrada sí que es de las mias. "El perfume", una de mis lecturas preferidas. Con "Seda", de las mejores entradas.
Y la foto... genial. Muy muy sugerente.

gatina dijo...

Por cierto, todo depende de los ojos del que mira, y de las narices que huelen, no suena tan bonito pero el olor es muuuuy importante. Nunca mejor dicho que ante un fragmento de "El perfume".

Anónimo dijo...

Magnífico libro, no hace mucho pude ver también la película, y sin llegar a tener la fuerza del primero, debo reconocer que no me desfraudó.
El placer, el deseo, el éxtasis total. ¿Habrá días en que no nos cerremos puertas?.
He llegado por casualidad a tu blog, quizás atraída por el perfume...
Un placer y sigo descubriéndote.